martes, 22 de abril de 2008

Capitulo 3. En las calles de Pal-ul-don.

Senaka subió corriendo las escaleras, su cuerpo seguía temblando por el contacto con este nuevo amor y su alma parecía tratar de revivir, lo peor de todo (según lo que le habían enseñado), es que quería volver a encontrarse con aquel lobo… Ares. Ya hacia siglos que no sentía esto, su confusión era grande. Llego a la azotea, corrió como si el mismo diablo estuviera tras ella; ahora con mas tranquilidad, reconoció el lugar, la guarida de sus enemigo.
De techo en techo, busca y no encuentra a su compañera de caza. La noche anterior la abandono para ir tras del lobo. Su “hermana” debería estar preocupada, él seguro que no. Luego de unos minutos comprendió que se había alejado lo suficiente, escucho un ruido, vio una sombra, se preparo para atacar, salto sobre su victima…

- Yo también te quiero amiga, ¿así me pagas que te venga a buscar?
- ¡Casi te mato, tonta! – Dijo muy enojada
- Sabes que no soy fácil de asesinar. ¿Cómo te fue anoche?
- Mejor no hablamos de eso, ¿él te ha mandado?
- No ha sido Claudia, tenemos una misión.

Ambas vampiresas se incorporaron y comenzaron a caminar, la compañera de Senaka se llamaba Ana, una bella mujer de cabellos castaños y ondulados (como todas las vampiresas de escultural cuerpo). Ana, explico que la misión encomendada por Claudia (Líder de los Hijos de Lilith), era llevar un pergamino hasta el cuartel de “los colmillos negros” y entregarlo en mano a su líder Krystal. Ambas se encaminaron a “la tiendita del horror”, nombre que poseía la fortaleza de “los colmillos negros” ya que antiguamente cuando los humanos habitaban el viejo edificio existía una tienda de animales con ese nombre, ya que se dedicaba a vender animales exóticos y peligrosos.

Al estar a unas pocas cuadras escucharon sonidos de pelea, se asomaron sigilosamente para no ser vistas (su misión era de suma importancia, como para detenerse a divertirse). Era un licántropo de pelaje gris plata, que peleaba de una manera particularmente feroz frente a una media docena de vampiros, la batalla era feroz y el Lobo tenia las cartas a su favor, cada golpe que propinaba era certero, si no mataba al vampiro golpeaba un punto frágil de su ser. Economía de movimientos y precisión de ellos, este lobo estaba sumamente entrenado. Los vampiros se estaban acabando y el lobo no mostraba signos de cansancio, fue al momento de acabar con el ultimo vampiro que llegaron los refuerzos una docena de vampiros rodeo al hombre-lobo. Ana se incorporo y se podían apreciar signos de preocupación en su rostro, estaba dispuesta a intervenir, pero Senaka la detuvo.

- ¿Qué haces? No debemos interferir, ¡Que se encarguen ellos del lobo!
- tuyo tal vez no, pero mió si. El es mi pecado, mi amor. El es SirGarlick.
- Acalla a tu pasión y escóndete conmigo en la oscuridad, veamos como se desarrollan los eventos, esto no ha terminado.

SirGarlick hizo sonar su cuello moviéndolo de un lado al otro, siguió con sus nudillos y esbozo una palabras mezcladas con gruñido.

- ¡Vengan y encuentren su muerte!

Los vampiros se lanzaron como animales salvajes hacia él, lo atacaban sin piedad, no buscaban matarlo solo herirlo. Este lupino no era fácil de vencer, a pesar de la desventaja numérica y de las heridas seguía luchando, no caería solo se llevaría a cuantos pudiera con él. Al fin, sus fuerzas fallaron y parecía todo perdido, Ana se desespero y al momento que estaba por lanzarse al vació para salvar a su amado cuado oyó un aullido y un gran lobo arremetió contra los vampiros, ese fue el respiro que necesitaba SirGarlick. Ambos lobos se colocaron espalda con espalda y comenzaron a luchar con una coordinación que no era casualidad, se conocían de antes eso era obvio y tampoco era la primera vez que peleaban juntos. En pocos minutos los vampiros estaban aniquilados. Al ver a todos sus enemigos hechos polvo, volvieron a su forma humana, se abrazaron y se alejaron charlando amenamente.

Las vampiresas hicieron lo propio, y se encaminaron a la guarida de “los colmillos negros” para finalizar su misión. En el camino, Senaka trato de dialogar con Ana, saber como había surgido el amor entre ella y SirGarlick; pensó que con esa información comprendería más sobre su propia experiencia. Las dos dialogaron y contaron sus mutuas historias, esto las unió mas que antes: ¡Compartían un mismo secreto, un mismo amor, y para su raza; un mismo pecado! 

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