sábado, 6 de febrero de 2010

Agel y el secreto del trapezoide. (de kurioso.es)

Hace unos días, en una gran fiesta privada auspiciada por una inmobiliaria, un añejo promotor, de los de gomina y dedos gordos, me secuestró durante dos horas para intentar venderme el no-va-más del mercado multinivel en España: Agel, unos sobrecitos de gel dulce y nutritivo que prometen llevarme por el camino de la inmortalidad y riqueza haciéndome socio y engañando a otros para serlo. Acepto el gel como jabón lubricante de su penetrante farsa y me dispongo a profundizar en sus entrañas. Una “estafa” moral con connivencia legal y buenas dosis de marketing americano.
Vendiendo mi alma al diablo acepto nuevas charlas y reuniones para averiguar más sobre un producto absolutamente desconocido para el gran público, pero defendido como el nuevo bálsamo de Fierabrás por sus secuaces. Lo primero que me encuentro detrás de la idea es una multinacional del multinivel y multiorgásmica; de esas empresas ‘poderosas’ que envuelven sus productos con el SuperEgo de su fundador, maquillando su imagen con fundaciones oportunistas

y con cierto tufillo 2.0.

Gracias a mi abogado de cabecera doy con la normativa vigente en el estado español sobre el asunto. En el Boletín Oficial del Estado de 17 de enero de 1996 se publicó la Ley de Ordenación del Comercio Minorista. En esta Ley se apoyan todas las actividades de empresas de multinivel en España para convivir en un supuesto marco legal. El problema es que la ley es tan difusa, poco honesta e insuficiente que los resquicios amorales abortan la ética de su buena interpretación.

En primer lugar hay que hacer una clara distinción entre las ventas piramidales, esquemas Ponzi y el marketing multinivel. Mientras las primeras juegan únicamente con el dinero y la confianza de la gente dentro de un sistema piramidal de gananciales, las ventas multinivel (MLM) heredan una estructura más trapezoidal (vértice romo y no paralelo a base) y siempre generan beneficios por la venta directa y ‘Networking’ de algún producto específico. Son legales en medio mundo. El problema surge cuando este producto es sospechosamente ‘volátil’, engordado en eficacia por grandes embaucadores y vestido con el manto del exitoso marketing americano. Todo ello para esconder viejísimos sistemas de enriquecimiento binario donde se descapitaliza cruelmente la base del trapezoide para capitalizar su altura.

El ‘packaging’, marketing y diseño de Agel es brutal, cuidadísimo y que firmaría el mismísimo Steve Jobs. El ‘Pedo de Lobo‘ se convierte en Trufa negra vestida de color y oro con el dinero del engaño para construir su mejor ventaja competitiva: el humo.

Según el Artículo 22.3.a del BOE referido a la venta multinivel:

“Queda prohibido organizar la comercialización de productos y servicios cuando el beneficio económico de la organización y de los vendedores no se obtenga exclusivamente de la venta o servicio distribuido a los consumidores finales sino de la incorporación de nuevos vendedores”

Según la multinacional Agel (siempre sujeta a normativa) ellos sólo sacan el beneficio de la venta de su producto. Y es cierto, porque inteligentemente esconden los bonos de patrocinados bajo el nombre de kit de sus productos. Es decir, cualquier beneficio obtenido por la captación de nuevos socios irá escondida como porcentaje ganancial del kit de productos adquirido por él al inscribirse. Su moneda de cambio es el Gel acuoso vitaminado. Tan legal como poco ético.

Pero ¿Cómo funcionan los beneficios repartidos por la compañía recientemente asentada en España? Basta acudir a una de sus charlas para tenerlo claro. Ellos lo llaman los ‘8 bonos’ y, curiosamente, 7 de ellos vienen determinados por tu capacidad para ‘convencer’ a nuevos distribuidores. Eso sí, el primer bono y ’salvoconducto de su legalidad’ es el de porcentaje de la venta directa. Pero ¿Alguien puede ganar 9.000 € al mes vendiendo sólo sobrecitos de gel de forma directa? No.

Gastos

  • 35€ por una franquicia (obligatorio para entrar y obtener el ‘Team Member’)
  • 960€ el Kit Ejecutivo (16 cajas de producto, incluye membresía)
  • 250€ el Kit Personal (4 cajas de producto, cuota mensual mínima, incluye membresía)

Beneficios o Bonos

  • 1er bono. Bono de Venta directa. Entre un 15% y un 20% de beneficio de todos los sobrecitos que vendas. Pero no necesitas vender productos para tener un negocio lucrativo con AGEL (cita textual)
  • 2º bono. Bono de Inicio rápido. Por cada persona que inscribas en la empresa mediante la venta de un kit te llevas 160€ (kit ejecutivo) o 30€ (kit personal)
  • 3º bono. Bono Ejecutivo. La compañía reparte periódicamente un beneficio del 3% a los poseedores del kit Ejecutivo.
  • 4º bono. Bono para gastos de negocio a partir de cierto volumen de ventas de kits (o sea, de nuevos miembros del trapezoide). No te explican las cantidades hasta que estas dentro.
  • 5º bono. Bonos para vehículo propio. 400€/mes cuando llegas a director principal (cierto número de súbditos o kits vendidos)
  • 6º bono. Bonos de Vacaciones. 10 días de gastos pagados por alcanzar la cuota de director principal.
  • 7º bono. Bono de volumen de equipo. 10% de las ventas de todos tus ‘captados’ y los captados de tus captados y los captados de…
  • 8º bono. Bono Generacional. Un 25% del Bono de volumen de equipo que gana tu primera generación de inscritos y el 7% de la segunda, tercera, cuarta, quinta y sexta generación.

Todo esto lo explica estupendamente, sin preguntas, el ‘bombero’ encargado de una de las presentaciones de marzo del año pasado (del 21m a 30m del vídeo). En ella hace referencia, inconscientemente, a la propia ilegalidad de Agel : ” [...] es evidente que el multinivel se compone de una red de distribuidores sin contrato laboral ni mercantil [...]” (En contra de la ley citada). No os perdáis, por favor, a partir del minuto 32 del vídeo; donde el público cuenta, entre aplausos, las maravillas de los productos Agel.

El producto vitaminado puede tener cierto valor comercial pero está hinchado por el multinivel, por eso no se vende ni se distribuye como, por ejemplo, el Isostar. Cada bolsita de 21 gramos sale aproximadamente por dos euros. Con lo que el kilo de gel cuesta unos 100€. 250€ si contamos las cuatro cajas obligatorias de venta o regalo mensual. El coste de un producto compuesto por un 95% de agua + vitaminas es irrisorio y se destina más al ‘packaging’ y a su imagen que a la fabricación en sí.

Los acólitos de Agel son obligados a distribuir grandes cantidades de bolsitas mensualmente, siempre mucho mayores de las que son capaces de vender o dar salida para poder sacar rédito. Es lo que se llama “carga o prima de inventario” y que les obliga a potenciar el patrocinio para sacar beneficios. La publicidad y el marketing son otros de los pilares básicos del falso trapezoide. Gente famosa y con grandes contactos que hacen fructífero su negocio, (como el ex-director de Burger King en España, Sergio Rivas) prestan la imagen de su decisión como crédito para futuribles en la empresa. El producto es la excusa, la captación es el medio.

La pregunta entonces, que responde a los principios de la legalidad ética de Agel es: ¿Se puede sacar beneficio a los sobrecitos con la venta directa y sin captar ningún distribuidor? La venta indirecta en establecimientos, hipermercados y tiendas públicas está muy limitada -¿A que no os suena haber visto el producto en ninguna estantería?- la única salida que le queda al incauto es vender, puerta a puerta o en corralitos de conocidos y compadecientes. Y no es lo mismo vender una Thermomix o la divertida colección de TupperSex que un producto bastante ambiguo e inocuo, sin acreditación oficial nacional y para meterlo por la boca. Un artículo de discutible eficiencia excepto para los analistas en nómina ¿Os suena Herbalife? Además, como podéis ver en la foto detalle de mi muestra, el sobre no está concebido para su venta individual. Hay que hacerlo por lotes de diferentes empaquetados, lo que complica la distribución al cliente final. Que alguien me diga si desprenderse de las 4 cajas con más de 120 unidades todos los meses es realmente viable. La respuesta la da el sentido común. Los posibles beneficios vienen, por lo tanto, del otro lado oscuro de las ventas multinivel; el patrocinio de nuevos socios.

El negocio de Agel, como todo multinivel, se disgrega en esfuerzos personales inundando la web de pequeños y desesperados proyectos para sacar adelante una venta más que impracticable: Slides, Ventas en Ebay, en Mercadolibre, cientos de pequeñas páginas webs, cutre-videos importados, foros, blogs.. infinitos negocios particulares imposibles de censurar conjuntamente por su excesivo esparcimiento. ¡Divide y estafarás!

Sacar información estructural, de precios y porcentajes desde su intranet española sin pertenecer a su estructura es muy complicado -lo siento, no he pagado el kit ejecutivo ni el kit personal que me den acceso- y todo vestigio informativo público pasa por taladrar con vídeos de los grandes gurús y verdaderos vértices de la organización. Presentaciones multimedia sin preguntas en modernos hotelillos de postín donde te envuelven el humo de sus beneficios en papel de futuro perfecto. Los más ingenuos siempre pican y su vergüenza por la avaricia que les hizo firmar sin saber vender impide centrar su esfuerzo en denunciar la ofensa moral.

Los sobres carecen de toda la información preceptiva y necesaria en su etiquetado para nuestro territorio. No existiendo la obligatoria descripción de su composición en castellano obligatoria desde la aprobación del Real Decreto 212/1992, de 6 de marzo. Lo que me hace pensar que -al menos parte del producto que ha llegado a mis manos- no pasa la criba de la normativa europea reglamentaria correspondiente. Y que las importaciones se saltan algún canal aduanero en su viaje desde los pulcros cuarteles de Utah. Muy sospechoso.

En todas las web que intentar vender el producto y patrocinio hay un excesivo tesón por demostrar y certificar las excelencias de su calidad mediante copias de documentos, premios y foráneos certificados no homologados en territorio español (ningún médico o asociación nutricional española e independiente los avala todavía), como si su prestigio se pusiera constantemente en entredicho ¿Me seguís?

Dicen también que están registrados en la Agencia Española de seguridad alimentaria, pero en una sencilla búsqueda en su web no aparecen inscrita ‘Agel Enterprise’ ni ninguna de sus posibles variantes. Es más, pululan varios documentos por la red como si fueran certificados oficiales otorgados por la AESAN cuando son meros impresos -sin sello, sin firma y sin número de registro oficial- para solicitar su ingreso que pueden ser rellenados por cualquiera. Recuerdo a los crédulos del cántaro que la falsificación de documento público es un delito penado gravosamente. Todo ello fruto del tesón del comercial principiante obcecado por intentar vender a toda costa el producto que se le amontona.

El mercado multinivel de Agel es un negocio muy rentable para los trileros del comercio, charlatanes y embaucadores que se enriquecen a costa de su labia, de su agenda y de convencer a los más débiles con un producto legal pero no mejor que la Jalea Real. El dinero de los beneficios viene, en mayor medida, de las ‘castas’ inferiores embelesadas siempre por el discurso del rápido enriquecimiento. La ventaja de Agel y que hará su (segura) caída más lenta es su dilación en la curva de maduración de todo negocio multinivel, ofreciendo beneficios más rápidos que en otros sistemas multinivel lo que facilita el crecimiento constante de sus bases inversoras.

Ahora seguro vendrán hordas de ‘ageleros’ a comentar para defender su negocio, sin saber que su esfuerzo por defender la causa es la publicidad más barata, peor pagada y penosa que regalan al gran faraón del Gel.

Mi encuentro con Agel fue real y tan sorprendente como interesante. Os recomiendo encarecidamente la lectura de este artículo: “Multinivel: Negocio o estafa” decálogo ecuánime para los que tengan dudas de este sistema de negocio tan floreciente en tiempos de crisis y desesperación. Otras fuentes al servicio de documentación no referenciadas en el artículo: 1,2,3,4,5,6


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